ARTÍCULO FINAL: DIDÁCTICA DE LA LENGUA CASTELLANA


“Cuando un niño puede relacionar lo que aprende con sus propias experiencias, su interés vital se despierta, su memoria se activa, y lo aprendido se vuelve suyo” Rudolf Steiner

Con esta, son doce entradas en el blog. La sexta, si lo miramos solo desde esta asignatura. Puede parecer el final, ¿pero realmente lo es?

Durante este cuatrimestre hemos tenido que abrir la mente, olvidar lo que sabíamos y dejar que todo lo nuevo entrara. Pero ahora desde un punto de vista diferente al que estábamos acostumbrados, desde la mirada del maestro, siendo a la vez alumnos.

Sin duda alguna, lo más bonito de este año, ha sido poder recordar anécdotas relacionadas con cada bloque y compararlas con las experiencias vividas durante las prácticas. Quince años han pasado desde que comencé Educación Primaria y realmente, me ha sorprendido ver que las cosas no han cambiado tanto. Aquí es donde entramos nosotros, intentando cambiar las cosas quince, o algún año más después.

Pero para llevar este cambio a cabo, primero debemos aprender y mejorar mucho todo lo que sabemos o creíamos saber. A través de esta asignatura nos hemos enfrentado a la realidad de las aulas y se nos han entregado herramientas para poder modificarla. No es tan complicado como parece, solo se necesita a maestros que tengan ganas de enseñar, de transmitir el área de Lengua Castellana, de manera que los alumnos disfruten y aprendan, dejando a un lado ese odio hereditario que existe por esta asignatura. En el momento que se topen con un maestro así, dejarán de preguntarse el por qué deben aprender esto o lo otro y comenzarán a dejarse llevar.

¿Vemos todo lo que hemos aprendido en cuatro meses?

BLOQUE I: LENGUAJE, LENGUA Y COMUNICACIÓN ORAL

Con este bloque dimos el pistoletazo de salida a esta asignatura. Comenzamos con dos de las habilidades lingüísticas del ser humano: la expresión y comprensión oral.
¿Vemos en qué consisten?

Nos comunicamos desde que nacemos con llantos, risas, ruidos,… durante nuestro crecimiento vamos desarrollándonos hasta adquirir una competencia comunicativa, aprendemos a saber “cuándo hablar, de qué, con quien, cuándo, dónde, de qué forma”. Aprendemos a hablar no solo lingüísticamente, sino también, socialmente. El objetivo del área de Lengua Castellana es desarrollar esta competencia, aunque también debe de trabajarse en el resto de áreas.

El ser humano posee una facultad única e innata para comunicarse, el lenguaje. A través de él pensamos, pues existe una relación paralela entre lenguaje y pensamiento, no existe uno sin el otro.
Solemos confundir los términos lenguaje y lengua, pero no hablamos el lenguaje, sino las lenguas, sistemas de signos que permiten a las personas que las conocen expresarse, transmitiendo información.  “Son bienes culturales y manifestaciones de pequeñas o grandes culturas y, por tanto, forman parte de aquello que la humanidad debe salvaguardar y mantener” (Irune Labajo).

Dentro de la comunicación podemos destacar dos partes: la expresión oral y la comprensión oral.

Los niños deben de saber que cuando se comunican en voz alta son escuchados por otros, por lo que deben de hacerse entender. Como maestros debemos proporcionar situaciones de expresión oral individual y grupal, dar pautas sobre buenos y malos usos, indicar formas de mejorar, es decir, usar estrategias que les permitan entrenar y mejorar su expresión oral.
La expresión oral es una tarea pendiente en las aulas. Esto se debe a que no se trabaja correctamente. Debemos enseñar a los alumnos a comunicarse correctamente, pues vivimos rodeados de gente, y no podemos dejar de lado nuestra herramienta más importante. Desde pequeños debemos enseñar a los niños a expresar sus opiniones, realizar presentaciones individuales y grupales, explicar conceptos, dramatizaciones, incluso a expresar sus sentimientos y emociones, consiguiendo generaciones que no tienen problemas a la hora de expresarse, no solo en el aula sino en su día a día, hablar con la dependienta de una tienda, preguntar a alguien en la calle,…. Nos da miedo hablar y lo evitamos cada vez que podemos, y debemos cambiar esta realidad.
Para poder desarrollar una buena competencia comunicativa debemos tener en cuenta las reglas gramaticales y el uso de la lengua.

De la mano de la expresión oral va la comprensión oral, pues nos comunicamos con personas que nos están escuchando o al menos así debería ser. A menudo se confunde oír con escuchar, algo que debemos impedir que suceda en el aula, trabajando la escucha activa (captar, atender e interpretar la totalidad del mensaje).  En las aulas apenas se trabaja la escucha, los alumnos oyen en muchas ocasiones, siempre pensando en lo que dirán después y no en quien se está comunicando. Se les debe enseñar a mantener diálogos, ya no solo para su aprendizaje sino para su día a día.  Se enseña a guardar su turno a los niños, pero no a hablar sobre lo que otros han dicho por lo que se pierde la parte de escucha y comprensión. Deben aprender a escuchar y entender otros puntos de vista, siendo esto algo positivo para su desarrollo.


Es importante que en todo este proceso existan una evaluación y no solo del maestro a los alumnos, sino de los alumnos a la actividad y una autoevaluación. Para esto, emplearemos herramientas como rúbricas o tablas de observación con las que los alumnos puedan ver la importancia de sus intervenciones y su progreso a lo largo del curso. Además, hablando con cada alumno individualmente, le podremos señalar aquellos aspectos que hace correctamente y lo que debe mejorar, ayudándole a mejorar.
Realizamos actividades para los alumnos, por lo que es imprescindible que ellos se sientan motivados a la hora de participar. Esto lo conseguimos permitiendo que los alumnos nos hagan un feedback de las actividades, para poder adecuarlas a sus gustos. De este modo, les motivaremos a participar tanto oralmente como escuchando las intervenciones de sus compañeros.

Para llevar a la práctica todo lo aprendido durante el bloque, se no pidió que eligiésemos un tema para realizar un debate o diálogo y presentar cómo lo pondríamos en práctica. Fue un trabajo realmente interesante pues, con algo tan simple como un diálogo o debate sobre temas cotidianos, podemos conseguir desarrollar la expresión y la comprensión oral de los alumnos. Estas dos estrategias, creo que son muy poco trabajadas en las aulas en general, no solo de primaria. Por esto es muy importante que como futuros maestros practiquemos este tipo de dinámicas, pensando cómo lo haríamos para que realmente funcionara. Además, gracias a los comentarios de nuestros compañeros, podemos complementar y mejorar nuestras ideas, incluso añadir las suyas a nuestro catálogo de actividades, porque dos maestros piensan mejor que uno.
En mi caso quise crear un diálogo entorno a la pregunta “¿Cómo querrías que fuese nuestra aula?”. Me pareció un tema muy adecuado para introducir este tipo de actividades pues, todo niño tiene un ideal de aula y surgirían muchas propuestas. Aunque muchas no fueran realistas, al menos conseguiríamos que poco a poco fueran interviniendo todos los alumnos y complementando las propuestas de los otros.

Para hacer este tipo de actividades más realistas, en clase realizamos un juego, en el que uno de nosotros hacia de maestro mediador e introducía un tema para dialogar, mientras que el resto hacía de alumnos. El maestro debía de ir guiando el diálogo, sin permitir que ningún alumnos sobresaliese por encima del resto, permitiendo y animando que todos hablaran. Fue una actividad muy útil, pues no solo nos oriento a la hora de realizar la actividad del bloque, sino que nos orientó para un futuro.

Cada vez que terminamos un bloque, pienso en cómo lo viví yo, en qué recuerdos tengo de ese contenido. En este caso, la primera vez que realice un diálogo de grupo fue en el primer año de la carrera. Siempre nos habían “enseñado” a esperar nuestro momento de hablar en silencio, pero nunca debatir ni a dialogar sobre ningún tema. Además, nunca realizamos una exposición o intervención individual ante nuestros compañeros. Mi primera exposición grupal, fue en 1º de Bachillerato, la cual no me salió nada mal pero, ¿cómo me hubiera salido si durante toda mi etapa educativa hubiera realizado ejercicios similares?
Durante mi periodo de prácticas de este año, pude ver que la situación que yo viví está cambiando, al menos, un poco. Cada lunes por la mañana todos los alumnos del aula, inclusive el maestro, formaban un círculo ocupando todo el aula y comenzaban a dialogar sobre su fin de semana, o algún tema que el viernes indicaba el maestro. Se crearon situaciones muy divertidas pues, al ser amigos, contaban sus diferentes perspectivas de esos días. Aunque alguna de las intervenciones no fueran diálogos, sino más bien monólogos, era interesante de igual modo, ya que se trabajaba la expresión y comprensión oral, pues una vez terminaba, se le realizaban preguntas sobre lo que había contado.

El objetivo del maestro debe ser que sus alumnos consigan desarrollar una buena competencia comunicativa, para que se sepan desenvolver en su día a día. Para ello, debemos trabajar situaciones en las que se trabaje la comunicación plural (puestas en común, lluvia de ideas, conversaciones, diálogos, entrevistas y debates) y la comunicación individual (monólogos, exposiciones, narración de historias, chistes, cuentos,…). Además debemos saber cómo fortalecer el desarrollo del lenguaje oral: no tenemos que descalificar la acción de hablar, no interrumpir comunicaciones espontáneas, interesarnos por las experiencias de los alumnos, construir un ambiente motivador, enriquecer el vocabulario de los alumnos, estimularlos a tomar palabra,…
De cara a un futuro será algo que tenga muy en cuenta en mis clases. Considero que antes que cualquier materia está que los alumnos aprendan a hablar y a escuchar, para poder desarrollarse y en tender cualquiera de los ámbitos que le rodean, ya sean materias o en su día a día. Debemos de ser capaces de crear situaciones estimulantes para esto y ser capaces de corregirles adecuadamente cuando se equivoquen, fomentando así un mejor desarrollo de estas habilidades.
Podemos enseñar y fomentar que nuestros alumnos desde que son pequeños se expresen, hablen, escuchen y comprendan, que consigan las herramientas que necesitan para enfrentarse el día de mañana a cualquier situación en la que tengan que comunicarse sin miedo a equivocarse. Deben de ser capaces de aprender a escuchar correctamente y a comprender lo que escuchan, pues a veces confundimos oír con escuchar.






BLOQUE II: COMUNICACIÓN ESCRITA: LA LECTURA
La lectura forma parte de las habilidades lingüísticas básicas que los alumnos deben aprender, desarrollar y perfeccionar a lo largo de sus etapas educativas, pues la lectura tiene un papel fundamental en la educación, pero ¿se trabaja bien?

 “Leer es interpretar, es comprender, es relacionar, es tomar partido. Leer es conocer lugares, personajes, ideas y sentimientos ajenos. Leer es aprender, analizar, reflexionar y adquirir valores fundamentales”.

La competencia lectora no solo afecta al área de Lengua Castellana, sino a todas las demás áreas, y por tanto, todos los profesores y maestros deben saber trabajarla. Como futuros maestros debemos enseñar a nuestros alumnos cómo leer cada tipo de texto, pues según el texto en sí, el objetivo con el que se lee y la situación en la que se encuentra el texto, para adecuarse a la situación y obtener un mayor rendimiento y comprensión. También debemos guiarles a través de pautas y técnicas trabajando y desarrollando todas las micro-habilidades y micro-capacidades que componen la lectura.

Para llegar al concepto que tenemos actualmente sobre lo que es la competencia lectora y que criterios debemos seguir para evaluarla, se tuvo que realizar un consenso internacional en el que llegaron a un acuerdo. En este se llegó a la conclusión que no solo debíamos fijarnos en la comprensión connotativa sino también en los elementos inferenciales, llevando una evaluación continua de este proceso, el cual se debe trabajar y practicar antes de ser evaluado.

Podemos separar los tipos de lectura según tres aspectos:

Atendiendo a la diferencia entre códigos: El desarrollo de las dos rutas de lectura y por ello, la lectura silenciosa y en voz alta se debe trabajar por separado y su mejora y evaluación debe ser continua.

Lectura en voz alta, no es un acto de comprensión, sino de expresión pues leemos para comprendan. En la lectura en voz alta, el lector es el único que posee el texto y su lectura debe enfocarse a transmitir lo más fielmente posible las palabras del autor.
No es fácil leer en voz alta. El lector no debe equivocarse, debe ser convenientemente expresivo, mantener el ritmo y la entonación adecuados, no juzgar, no exagerar y ser fiel al pensamiento del autor. Por ello, es necesario que las lecturas en voz alta se preparen. El texto se entregará con tiempo suficiente para que, en este caso, el alumno pueda preparárselo. Deberá de realizar una lectura silenciosa, comprensiva, las veces que sea necesario, y será útil que se asegure de comprender todas las palabras que aparecen, para ello, los mismos maestros deberán prestarse a ayudarle con esta tarea. Además, se deberá ensayar en voz alta, delante de un espejo, familiar o incluso si es más mayor podrá grabarse. El día de la lectura ante sus compañeros, estos deberán tener el libro cerrado y limitarse a escuchar a su compañero, pues para ellos es el momento de comprensión. Para evitar que los alumnos se distraigan se les podrá decir que cuando finalice la lectura se les hará preguntas, consiguiendo así que estén atentos y permitan a su compañero realizar la lectura cómodamente.
Actualmente, en la mayoría de las aulas los alumnos siguen la lectura y no la escuchan, dejando a un lado el desarrollo de la comprensión oral.
En la lectura en voz alta empleamos la ruta fonológica. Se utiliza la conversión grafema-fonema, es decir, se identifican las letras y se transforman en sonidos. Esta ruta nos sirve para descifrar palabras más complejas. Empleamos la anticipación ocular.

Lectura silenciosa, su objetivo es la comprensión. Pretendemos comprender con la mayor velocidad y la menor dificultad, el mayor número posible de palabras y, por lo tanto, relacionar las ideas del texto con las propias experiencias y elaborar el propio significado.
En la lectura silenciosa empleamos la ruta ideovisual basada en fijaciones. En esta lectura no debemos articular ni usar los dedos para marcar o seguir las sílabas por lo que hace que sea más rápida o fluida. Todo el trabajo cognitivo se dedica a la comprensión del texto.
Debemos distinguir la comprensión de la memorización. No recordar un dato exacto no hace que el lector no hay comprendido, pues los datos (memoria a corto plazo) se olvidan. Cuando trabajemos la comprensión con actividades las preguntas deben de ir dirigidas a la idea global del texto, a la intencionalidad del autor, las inferencias comunicativas, hipótesis del significado,… Podemos preguntar datos concretos siempre y cuando permitamos que se regrese al texto, trabajando así otro tipo de lectura.

Ambos tipos de lectura y rutas son importantes por lo que es necesario trabajar ambas por separado.

Atendiendo a los objetivos de la lectura, relacionado con la fluidez según con el objetivo que se realiza la lectura: lectura extensiva, lectura intensiva, lectura rápida o superficial y lectura involuntaria

Atendiendo a la velocidad de la lectura: lectura integral o lectura selectiva.

Una vez tenemos la teoría clara, nos plantemos entonces, ¿cómo enseñamos a leer y trabajamos la lectoescritura correctamente?

Existen varios métodos para trabajar esto: analíticos, sintéticos y mixtos. Pero teniendo en cuanta todo lo anterior, los métodos que debemos usar son los mixtos con base analítica, usando metodologías mixtas (ruta fonológica y ideovisual), siendo, además, un aprendizaje significativo y funcional. Nos acercamos a los intereses del alumno y respetamos sus procesos de aprendizaje. Estos requieren trabajo por parte del maestro y el desarrollo de la motivación en el niño.

A pesar de esto es importante que los maestros de Primaria conozcan todos los métodos existentes para enseñar a leer, sus fundamentes, sus virtudes y carencias, para poder seguir trabajando en la misma línea, para cubrir aquellos aspectos deficitarios e imprescindibles y encauzar el desarrollo lector de sus alumnos.

Para desarrollar correctamente la competencia lectora debemos “plantear actividades que permitan a los estudiantes enfocar su atención y su memoria (a corto, a medio y a largo plazo) a los aspectos anteriores investigando, relacionando, analizando, respondiendo y concluyendo sobre el texto y sobre su propia interpretación de lo leído. Para ello, resulta imprescindible que, antes de leer, sepan qué tipo de preguntas vamos a hacerles o qué ejercicios vamos a plantearles y, en consecuencia, qué tipo de lectura deberán llevar a cabo en cada momento” (Irune Labajo).

En relación a las actividades realizadas en clase, la más divertida fue en la que debíamos contestar a veinte preguntas en el menor tiempo posible. Esta actividad sirvió para demostrarnos, lo poco que paramos a leer las cosas y a comprender los enunciados, pues en este indicaba que únicamente debíamos contestar a cuatro preguntas. Sería una actividad muy interesante para realizar con los alumnos en clase y mostrarles esta realidad.

En cuanto a la actividad que hemos tenido que realizar este bloque, creo que ha sido la más realista hasta el momento. Tener que ponernos en el lugar de otros maestros y hacer lo que actualmente tienen que hacer, no solo nos ha servido para ver reflejado todo lo aprendido durante el bloque sino para ver la facilidad o dificultad de adaptarnos a lo que posiblemente el día de mañana se nos pida hacer. Con esta actividad podremos comprobar si podríamos realizar correctamente una actividad pautada, algo que viene bien de cara a mimetizarnos más con la realidad educativa actual.
Esta fue orientada para entrenar cómo trabajar la comprensión de la lectura silenciosa. Debíamos crear una unidad de lectura, de lectura silenciosa, tal y como lo deben hacer los maestros de La Salle. En esta unidad se trabajan todos los aspectos señalados anteriormente, por lo que permitimos a los alumnos trabajar correctamente la comprensión de los textos, ya sea funcional continuo o discontinuo. Para esto seleccioné un texto funcional continuo orientando las actividades para 5º de Primaria, más concretamente una receta del libro “Tartas y cupcakes” de Alma Obregón.

En cuanto a mi experiencia, durante toda mi vida había pensado que leía bien porque me habían enseñado bien a hacerlo y que mis maestros trabajaban correctamente para que desarrollara la lectura. Esto en ocasiones me creaba conflictos internos pues, odiaba leer en voz alta por si me equivocaba y cuando eso ocurría solía pensar que no se me daba bien leer, a pesar de que disfrutaba mucho leyendo en mi tiempo libre. Y aunque yo no lo sabía, esto no era así.
En cuanto a lo vivido en las prácticas, se trabaja de manera similar. Los alumnos debían leer en voz alta, cuando el maestro mandaba leer algún texto relacionado con la teoría que aparecía en el libro. En el momento y sin preparación. En cuando a la lectura silenciosa, cada mañana durante los primeros diez minutos de clase debían escoger un libro de la biblioteca del aula y leer hasta que el maestro mandara recoger. Esta práctica era un caos, ya que los alumnos estaban más pendientes de buscar libros con dibujos que de leer. No se realizaba ninguna actividad para trabajar la comprensión lectora.

De cara a un futuro, y como todas las veces anteriores, de verdad espero no seguir los pasos de los que fueron mis maestros y poder cambiar un poco más la realidad educativa en la que nos encontramos. Aprendiendo lo que de verdad se debería hacer entiendo un poco más el poco gusto que sienten la mayoría de las personas hacia la lectura y las dificultades que surgen a lo largo de la vida, en relación con la comprensión, por no haber trabajado correctamente esta habilidad pues si nos paramos a pensarlo, la lectura está presente en casi todos los ámbitos de nuestra vida. Una vez más se nos están dando muchas herramientas para poder mejorar un poco y hacer las cosas como deberían de hacerse y está en nuestras manos usarlas.

Este bloque no solo me ha servido para aprender cómo trabajar correctamente la lectura en voz alta y su verdadero objetivo, sino también cómo trabajar la lectura silenciosa, la importancia de trabajar por separados ambas lecturas y su importancia individual, cómo es necesario que los alumnos traten de averiguar por inferencia el significado de las palabras, lo que es realmente la comprensión lectora y cómo trabajarla de manera completa y cómo evaluarla de manera continua, pues es un proceso. Además de todo esto he descubierto la existencia de los textos discontinuos, los cuales nunca habría considerado que eran un texto. Y estas son solo algunas de las cosas de las que me he dado cuenta, pero mi conclusión es clara, tenemos que cambiar la manera en la que trabajamos la lectura porque evoluciona todo nuestro alrededor excepto las metodologías que empleamos. Esto lo podemos relacionar directamente con lo trabajado en el bloque anterior, pues leer en voz alta al fin y al cabo es hablar delante de otras personas. Todas estas habilidades están relacionadas y no trabajar una correctamente puede perjudicar a la otra.


Quiero que para mis futuros alumnos, como para Mario Vargas Llosa, leer sea lo más importante que les ha pasado en la vida, o una de las más importantes.

BLOQUE  III: COMUNICACIÓN ESCRITA: LA ESCRITURA

Tras haber hablado sobre la comprensión y expresión oral y escrita, llegamos a la última habilidad lingüística: la escritura. La escuela debería ofrecer una gran variedad de situaciones en las que se pusiera en práctica el uso de la escritura, pues aprender a escribir es aprender a usar la lengua escrita en una gran diversidad de situaciones.

Dentro de la comunicación escrita debemos hablar de tres conceptos principales: la escritura, proceso por el que se pasa de la posesión interna de un concepto, idea o pensamiento a la transformación de ese concepto, idea o pensamiento mediante una codificación de símbolos gráficos, con intención comunicativa (Labajo, I.) y la grafomotricidad y la caligrafía, dos términos que debemos diferenciar. La grafomotricidad es el control motor asociado a la grafía, que implica direccionalidad tono muscular, coordinación visomotora  y ubicación espacial, sólo es utilizada en la escritura manuscrita, pudiendo definir a la caligrafía como el conjunto de rasgos característicos de la escritura de una persona, una proyección de la grafomotricidad. A través del movimiento que realizamos, grafomotricidad, plasmamos una caligrafía, siendo la escritura el resultado global, el cual tiene una finalidad comunicativa.

El maestro debe tener en cuenta que existen factores que intervienen en el desarrollo de la motricidad gráfica. Estos son los factores fisio-fisiológicos, atendiendo a los niveles de desarrollo generales y específicos; los factores psíquico- cognitivos, teniendo en cuenta la maduración mental, el desarrollo intelectual y de lenguaje, la organización del pensamiento, la afectividad y los aspectos perceptivo- motrices, y los factores socio- culturales, marcado por el tipo de letra que rodea al niño.

La escritura, como cualquier otra habilidad debe entrenarse y desarrollarse, siendo el objetivo conseguir que sea clara y legible. Debemos mostrar a los niños, que no deben tener una letra bonita, pues eso no lo podemos decidir nosotros como maestros, sino que esta debe entenderse. Escribimos para comunicar, por lo que quien lea nuestros escritos debe comprender lo que pone, incluso nosotros mismos, pues en ocasiones, no sabemos lo que pone aun habiéndolo escrito nosotros. Si el alumno lo necesitara, teniendo en cuenta que solo debe conseguir que su letra sea clara y legible, debería realizar un entrenamiento, en el que progresivamente consiga llegar al objetivo. Esto debe realizarse una vez hayan entendido el por qué deben de mejorar su caligrafía, pues esta funciona como carta de presentación. La única forma de mejorar nuestro trazado es copiando y repitiendo grafías, palabras y frases (Labajo, I.) y como maestros, tenemos que guiarles en este proceso.

Teniendo esto en cuenta, debemos comprender que los aspectos que inciden en el desarrollo de la grafomotricidad y la caligrafía son postura y hábitos, movimiento gráfico, presión, velocidad y ritmo.
Cabe destacar, que la escritura manuscrita ha sido casi sustituida por la escritura digital, sobre todo, en la vida cotidiana. Es algo que los maestros debemos tener en cuenta pues, cuando menos nos lo esperemos estaremos enseñando a los niños a escribir en un teclado y no a mano.

Al igual que con la lectura, los maestros de Primaria deben conocer cómo aprendieron sus alumnos a escribir en Educación Infantil, pues partiendo de ahí, podrán seguir trabajando y ayudándoles en caso de necesidad. Destacando las metodologías de base analítica, sintética y constructivista. Siendo esta última en la que se considera que la lectura y la escritura están íntimamente relacionadas.

En este bloque volvemos a un concepto que ya conocemos, la redacción. Cuando pedimos a los alumnos que redacten, debemos tener claro que tipo de texto les estamos mandando, tiene que ser algo concreto: narraciones, descripciones, reflexiones, noticias,…. Además, como la propia palabra indica, lo que debemos observar es cómo está redactado, evaluando únicamente este elemento y no otros, como la ortografía, corrigiéndola pero no evaluándola. Es importante que sigan un esquema para que asegurarnos que sus creaciones tienen coherencia y están bien escritas:

1. Apuntar ideas en una hoja.
2. Ordenar las ideas teniendo en cuenta una estructura según el tipo de texto.
3. Se realiza una primera redacción, la cual puede sufrir modificaciones ya que posteriormente se leerá en voz alta
4. Se realiza una revisión fijándose en la expresión, puntuación, acentuación y otras faltas de ortografía.
5. Corregimos los errores. Volviéndose a leer si fuera necesario.
6. Se pasa a limpio.


Existen diversos tipos de textos que presentan un interés funcional y que pueden trabajarse en el aula. De modo  los niños manejarán de forma práctica diferentes contextos reales de comunicación escrita.
Debemos proponer actividades muy concretas, centradas en géneros específicos de la lengua escrita que sean a su vez significativos y funcionales. Un ejemplo de estos son algunos de los que creamos nosotros en clase, un horóscopo, un telegrama, una palabra inventada y su descripción o un texto narrativo en el que ir añadiendo las palabras que el maestro va diciendo. Con estas actividades no solo se trabaja la escritura, sino que son motivadoras. De este modo los niños perderán el miedo a escribir textos. 




En cuanto a la actividad relacionada con el bloque se centró en la parte de caligrafía y cómo mejorarla. Para ello debimos ponernos en el papel del maestro y plantear cómo convenceríamos a un alumno de segundo, uno de cuarto y otro de sexto que deben realizar actividades en su casa para mejorar su caligrafía. Además de buscar el elemento motivador para que quisieran realizar este entrenamiento, pensando en otros elementos como el tipo de letra, el útil o el papel y cómo se evaluará y se reforzará. Teniendo claro que estos alumnos no sufrían ningún tipo de trastorno sino un leve retraso.
Esta actividad fue muy práctica ya que no será muy útil de cara a un futuro puesto que nos encontraremos con alumnos con mala caligrafía y debemos saber cómo ayudarles. Además, nos servirá si somos maestros de primero, ya que podremos enseñarles una caligrafía más sencilla a la tradicional. Sin duda alguna recurriré a este bloque en varias ocasiones.

En cuento a mi experiencia personal, nunca he visto poner en práctica lo trabajado durante el bloque. Cuando era pequeña mi madre me mandaba hacer “cuadernillos Rubio”, a pesar de que no tenía mala letra pero, posiblemente me ayudara en algo. Siempre he estado rodeada de compañeros que no tenían una letra muy legible pero ningún maestro hizo algo por cambiar eso, más que decirles que debían mejorar su letra.
En mi primer año de prácticas, mi tutora me explicó que estaban tratando de cambiar la tipografía que los alumnos aprendían desde primero, enseñándoles una tipografía semejante a la que utilizarían cuando fueran más mayores, facilitando el proceso de la escritura. Me pareció una buena iniciativa ya que todos los alumnos de primero y segundo se habían adaptado a ello sin problemas. Tras dar este bloque, comprendí que, además, era algo correcto.

De cara un futuro he aclarado la forma en la que debe hacerse, pues nunca había visto otra manera de hacerse que no fuera a través de un cuadernillo. Con esta actividad, nos hemos puesto en el papel de un maestro intentando buscar la mejor manera de hacerlo, algo que nos vendrá muy bien en un futuro, pues será algo a lo que deberemos de enfrentarnos, ya que no solo afecta al área de Lengua Castellana y Literatura, sino a todas, incluso a aspectos de su vida diaria, aunque cada vez en menos medida. Al igual que todas las habilidades lingüísticas debe entrenarse para mejorar y conseguir el mejorar resultado y nosotros como profesionales debemos saber guiarle en este entrenamiento. Lo primero que debemos entender es que no todos los niños necesitan practicar su caligrafía, pues el objetivo no es que los niños tengan una letra bonita, sino que sea legible y clara. Nosotros no podemos decidir si una letra es bonita o no. A lo largo de su crecimiento los niños van cambiado su letra adaptándola a su personalidad, por lo que debemos dejarles que experimenten, mientras esta sea legible, y esté dentro de lo normal.


Como he dicho anteriormente, aunque actualmente la escritura manuscrita sea un elemento que utilizamos bastante, cada vez es menos frecuente pues no debemos olvidarnos de que estamos en el siglo XXI, lo que conlleva que la escritura manuscrita se esté quedando obsoleta, pues la hemos sustituido por la digital. Como futuros maestros debemos tener en cuenta este avance, y debemos comprender que esta escritura está muy presente en nuestras vidas y por ello, debemos trabajarla en el aula, pues será la escritura que nuestros futuros alumnos terminen empleando casi por completo. Aunque en la actualidad esto no sea así, es algo que debemos tener en mente. 


BLOQUE  IV: EL SISTEMA DE LA LENGUA: ORTOGRAFÍA Y SEMÁNTICA

En este bloque nos adentramos en el “Conocimiento de la lengua”, a través del cual mejoramos las cuatro destrezas básicas trabajadas en los bloques anteriores: hablar, escuchar, leer y escribir. Con este nos referimos al vocabulario y conocimientos gramaticales que empleamos en la lengua castellana. Los maestros deben buscar estrategias que motiven a la vez que transmitan de manera significativa estos aprendizajes.

Nos centraremos en primer lugar en la ortografía y la semántica, dos aspectos relacionados que inciden sobre la expresión y la comprensión.

Los maestros experimentan las dificultades que sufren los niños al pasar del código oral al escrito, en especial al respetar las peculiaridades ortográficas de nuestra lengua. La acentuación, uso de mayúsculas, uso de guiones, separación de fonemas y representación de fonemas, son algunas de las dificultades que nos podemos encontrar.
En la metodología tradicional abordan este aspecto a través de la memorización de reglas y excepciones, algo ineficaz pues, la ortografía es visual.

Copiar los errores ortográficos sin un contexto, no tiene sentido, pues nos limitamos a copiar letra por letra, para terminar antes, sin fijarnos en el error. Buscar palabras en el diccionario y copiar su significado, no hace que recordemos esa palabra en otras ocasiones, pues no le damos ningún tipo de contexto. Debemos orientar este aprendizaje de otro modo, buscándole un contexto real para nuestros alumnos, que les permita recordarlo con facilidad. Además esto ayuda en la motivación y en las ganas por seguir aprendiendo.


Cuando empleemos actividad para trabajar la ortografía debemos tener claro el objetivo que buscamos con ellas, buscando un contexto significativo para que se asiente mejor en la memoria visual. La motivación, debe ser un elemento indispensable pues debemos conseguir que los alumnos traten de superarse. Tenemos que dejar a un lado la penalización y el castigo por los errores, ya que solo desmotiva a los alumnos. Deben aprender de ello y usarlo para mejorar.


“La pedagogía actual aboga por un modelo que incluya elementos emocionales, funcionalidad, significatividad, construcción del aprendizaje y unos objetivos claros que fundamenten cualquier tipo de tarea.” Labajo, I.  A la hora de plantear cualquier actividad debemos tener presente esto. El siguiente proceso de trabajo sería el adecuado, el cual he extraído de los apuntes de la asignatura:


PREPARACIÓN
1. Plantearnos unos objetivos específicos (entre 1 y 3).
2. Preparar el material si se requiere. 
3. Pensar cuál es la mejor forma de llevarla a cabo en nuestro grupo (dependiendo de los intereses, capacidades, etc… de nuestros alumnos)


 PUESTA EN PRÁCTICA
1. Partir siempre de la evaluación inicial ¿qué conocen los niños del tema, de algunos aspectos concretos…? (Preguntar a los niños sobre ello y ajustar las respuestas a la realidad).
2. A partir de la motivación, explicar la actividad de forma clara.
3. Poner al menos un ejemplo, vosotros mismos o utilizando a niños a los que vais guiando.
4. Dejar que los niños ejecuten la tarea. Si es oral, procuraremos hablar lo menos posible y escucharlos a ellos. Si es escrita, pasaremos por los grupos o por las mesas individuales para fijarnos si están teniendo dificultades y resolver dudas.

EVALUACIÓN
1. Si es una actividad objetiva con una sola respuesta posible, se corregirá y se pedirá a los niños que expliquen cómo la han realizado. Las estrategias que han seguido los que la hayan hecho bien, servirán para enseñar a los que la han hecho mal. De esta forma los niños no sólo aprenden los resultados correctos, sino también las formas de obtenerlos. 

Si es una actividad abierta que admite múltiples respuestas, se escucharán algunas y se irán ajustando y mejorando si es que se requiere. También se preguntará a los niños cómo la han hecho, para trabajar las estrategias del mismo modo que en el caso anterior.

2. Como maestros, evaluaremos los objetivos que nos habíamos planteado. Si se han cumplido, si no y por qué.

3. Preguntaremos a los niños si les ha resultado fácil o difícil la actividad y por qué. Si les ha gustado realizarla y por qué. De este modo evaluaremos sus motivaciones y sus capacidades de cara al planteamiento de futuras actividades.

4. Preguntaremos también a los niños qué creen que han aprendido haciendo esa actividad. Para qué creen ellos que sirve. La mejor motivación es siempre la utilidad (aunque nosotros pensemos que es el divertimento). Nunca hacemos con gusto algo que pensamos que no sirve para nada.
Escuchamos lo que dicen y las aplicaciones que ellos hacen y lo completamos nosotros, explicándoles los objetivos iniciales.

A todo esto hay que añadir, la aplicación al momento evolutivo-cognitivo y a los intereses de los niños en las diferentes edades, que el maestro ha de conocer y utilizar. Hay muchas actividades que pueden llevarse a cabo en todos los cursos de Primaria realizando variaciones o utilizando centros diferentes de interés.

Trabajar la ortografía desde que los alumnos tienen su primer contacto con un texto escrito es imprescindible pues, si retrasamos este momento hasta que tenga que estudiar las reglas ortográficas, la memoria ortográfica aceptará cualquier modelo de la palabra, esté bien escrito o no. Siendo necesario también que se trabaje y evalúe de manera similar en todas las áreas curriculares, pues la competencia lingüística está presente en todas.

Ahora vamos a adentrarnos más en las palabras en sí y en su significado, es decir, en la semántica. Los niños están expuestos a una gran cantidad de vocabulario  en su día a día, del que, en ocasiones, no conocen su significado. Desde que son pequeños van descodificando el significado de todas las palabras que escuchan a través de su contexto, haciendo hipótesis de lo que puede significar, por lo que cuando son mayores deben seguir haciendo lo mismo, consiguiendo así un aprendizaje más significativo.

“La labor del maestro es afianzar sus conocimientos semánticos, fomentar la aparición de nuevas palabras en la conversación cotidiana en el aula, ayudarles a aprehender el significado de los términos nuevos que aparecen en los textos trabajados y hacer del trabajo con el diccionario un juego más, ameno y significativo.” Labajo, I.

Es importante distinguir entre el vocabulario activo, aquel que empleamos con frecuencia, y el pasivo, aquel que conocemos pero no empleamos con tanta frecuencia en nuestro día a día. Los maestros deben desarrollar ambos, incluyendo nuevo vocabulario, buscando que los alumnos puedan tener una mayor riqueza léxica.

El alumno imita al maestro, por lo que los maestros deben tener muy presente que son los modelos verbales de sus alumnos y por ello, tiene que tener cuidado con el vocabulario que emplean y cómo lo emplean, siendo este un recurso didáctico muy eficaz para los alumnos. Hay que estimular su léxico y darles herramientas para que lo empleen correctamente, pues la manera de hablar de una persona, incluyendo las palabras que emplea, dicen mucho de ella.

Durante el tiempo que estuvimos trabajando este bloque, se nos mostraron diferentes actividades lúdicas con las que podíamos trabajar estos contenidos como “STOP”, “adjetivos que describan a una gato”, “un barco viene cargado de …” o “meter palabras en textos”. Podemos incluir en este grupo, los diferentes tipos de dictados que hay. Maneras muy diferentes de realizarlos, que se salen de lo tradicional, pero que son muy funcionales a la vez que divertidos.  Realizarlas en clase fue una manera más realista y cercana de mostrarnos que nos es tan difícil realizar este tipo de actividades en un aula dándoles un sentido didáctico. Sin duda alguna, el “cuaderno de ortografía” fue mi material favorito, que sin duda alguna usaré en un futuro.

Para poner en práctica lo aprendido en este bloque se nos pidió que planteásemos dos actividades para trabajar la ortografía y la semántica usando alguna de las actividades propuestas en el bloque, fijándonos en el esquema planteado.  A través de este me quedó más claro y comprendí mejor la importancia de tener el objetivo u objetivos claros de las actividades que realizamos. Es imprescindibles volcar a los alumnos en ellas, motivándoles y haciéndoles siempre participes, el maestro es solo un guía.
A la hora de aprender es importante comprender la estrategia que utilizas, por ello, es necesario que los alumnos compartan sus estrategias entre ellos pues pueden ver maneras de entender las cosas que los adultos no pueden, entre ellos se entienden mejor. Los maestros suelen cometer el error de mandar ejercicios sin que los alumnos comprendan el por qué lo están haciendo, algo que desmotiva mucho.
Por ello, debemos explicarles el por qué y para qué hacen las cosas, al mismo tiempo que tenemos en cuenta sus necesidades y gustos, adecuando estas actividades a ellos. El feedback siempre es necesario, tanto para los alumnos, como para que el maestro sepa si está orientando su enseñanza en el camino adecuado.

En cuanto a mi experiencia, tanto en mi etapa educativa como en las prácticas observé el mismo método para trabajar los aspectos de este bloque. Se daban a través del libro las reglas ortográficas que se debían copiar en el cuaderno, y para trabajarlas se realizaban dictados y los ejercicios propuestos en el libro. Además, cada vez que se cometía una falta de ortografía debía copiarse x veces.
En cuento al planteamiento de las actividades según el modelo, nunca había visto trabajar las actividades del aula así y realmente me ha sorprendido ya que siempre he visto que se pensaban según avanzaba la clase y no se tenía en cuenta ninguno de los puntos propuestos.

De cara a un futuro, soy más consciente de la importancia de que los alumnos disfruten a la vez que aprenden, no tiene por qué ser todo lúdico o divertido, pero al menos que sientan que aprenden sin desmotivarse, pensando en mejorar, sin que aprender suponga una carga para ellos. Lo realmente significativo para mí no es solo todas aquellas herramientas que me llevo de cara a un futuro, es también el entender por qué trabajaron conmigo mal ciertos aspectos de esta asignatura, por qué es más correcto hacerlo de otro modo y qué beneficios tiene hacerlo así pues, a pesar de que no lo hicieran de la manera correcta, considero que aprendí la mayoría de los aspectos que tenía que aprender, aunque pensar que trabajado de otro modo me hubiera sido más fácil o hubiera aprendido más de lo que lo hice en su momento, de manera más significativa a la vez que disfrutando de ese aprendizaje.




BLOQUE V: EL SISTEMA DE LA LENGUA: MORFOLOGÍA Y SINTAXIS

Si pensamos detenidamente, durante toda nuestra Educación Primaria, adquirimos todos los conocimientos morfosintácticos básicos que necesitamos, y una vez comenzamos la etapa de ESO, damos lo mismo una y otra vez. Aquí es donde surge una gran duda, ¿por qué damos todos los años lo mismo, si se supone que ya lo dimos en Primaria? Y justo ahí es donde está el problema, a pesar de llevar dándolo años, cada curso hay que empezar casi desde el principio porque se recuerdan muy pocas cosas. ¿Por qué no hacer que estos conocimientos sean significativos?

En este bloque  se abarca cómo ha de trabajarse y aplicarse en el aula la morfosintaxis de la lengua, el conjunto de elementos y reglas que permiten construir oraciones con sentido y carentes de ambigüedad en torno a las relaciones gramaticales, concordancias, indexaciones  y estructura jerárquica de constituyentes sintácticos.

En ella se integra la morfología, forma y características de las diferentes clases de palabras, y la sintaxis, función de las palabras dentro de la oración. Son dos elementos indesligables a pesar de que didácticamente se suelan trabajar por separado. Es imposible realizar un análisis sintáctico sin tener en cuenta la morfología.

“Los niños han de ir aprendiendo, paulatinamente, los nombres y las características de las diferentes clases de palabras y las funciones principales que éstas desempeñan en el contexto de una oración pero siempre de forma reflexiva”. Labajo, I.

Se comete el error de trabajar estos contenidos de un solo modo, escribiendo en el cuaderno y memorizando. La morfosintaxis también debe practicarse oralmente, pues al fin y al cabo, hablamos más que escribimos.

Para trabajar correctamente la morfosintaxis en el aula, debemos combinar que sirvan para interiorizar a la vez que son funcionales. 
Debemos centrarnos en para qué sirven y cuál es la mejor opción en cada contexto. Estos aspectos se pueden trabajar a través de lecturas, del lenguaje oral (exposiciones y diálogos) y mediante las creaciones de los propios alumnos.
Deben tener buenos modelos orales y escritos, de los diferentes tipos de textos.  La evaluación ha de ser formativa realizando “correcciones” y propuestas de mejora conjuntas.  

Las clases que hemos dado en torno a este bloque han sido de las más prácticas que habíamos dado hasta el momento, pues se nos ha mostrado diferentes actividades y dinámicas para enseñar mejor estos contenidos como “Pitufar” o “El psicólogo”. La parte con la que me quedo es que es importante que sean ellos los que busquen e investiguen, en la medida de lo que pueda, para hacer más dinámico este proceso. Además no es necesario que se aprendan todo de memoria, pues si tienen una guía al final terminarán aprendiéndoselo de practicar.
Lo más importante para mí ha sido aprender a guiar el análisis sintáctico de una frase. Puede parecer sencillo, pero gracias los pasos que nos ha enseñado Irune, no solo será más fácil para nosotros sino para nuestros futuros alumnos. Entenderán lo que están poniendo, y no se limitarán a escribir líneas y funciones de memoria, consiguiendo analizar correctamente.

Un ejemplo de esto puede ser:

“La casa amarilla es vieja”

1. Comenzamos preguntando cuántos verbos hay, y una vez nos lo indiquen preguntaríamos cuál es, marcándolo en la pizarra. Preguntamos posteriormente si solo hay un verbo cuántas oraciones hay, indicándolo también en la pizarra.
2. Recordamos que el sujeto debe concordar en número y persona con él verbo, pidiendo que nos indiquen qué sustantivos podrían ser. En el caso de esta oración solo hay uno “casa”.
3. A continuación, preguntaremos qué palabras forman el sujeto y cuáles el predicado. Indicándolo en la pizarra, preguntaríamos cuál es el núcleo de cada sintagma. Preguntando también qué tipo de sintagma es cada uno.
4. Nos centramos en el sujeto. Comenzamos preguntando cuántos complementos tiene el núcleo, en este caso, “la”. Una vez identificados, preguntaríamos qué clase de palabras o sintagma son y qué función desempeñan, en este caso “la” es un determinante que desempeña la función de determinante.
5. Pasaríamos al predicado. Una vez identificado el núcleo, preguntaríamos cuántos complementos acompañan al núcleo, en este caso uno, y deberán decir cuál es, “vieja”.
6. Al igual que con el sujeto, preguntaremos qué clase de palabra o sintagma forma y que función desempeña. En este caso, es un adjetivo que forma un sintagma adjetival, cuya función es atributo.
7. Este proceso deberíamos repetirlo con todos los complementos que tuviera.

Como he señalado anteriormente, no es imprescindible que se lo sepan de memoria mientras se realizan los ejercicios. Terminarán aprendiéndoselos según vayan practicando. Por ello, es útil que creemos con ellos una hoja en la que aparezcan todas las funciones según la clase de palabra, como hicimos en clase.


Lo que más me sorprende es el por qué se trabajan los contenidos “mal” si se conoce cómo hacerlo correctamente, es decir, de manera significativa, lúdica, útil,… Esto lo baso en mi experiencia personal. Durante mi etapa en Educación Primaria incluso en las etapas educativas posteriores, me enseñaron estos contenido para aprobar un examen, no para poder extrapolarlos al día a día. Por ello, debíamos memorizar tablas, funciones, nombres.. sin ningún sentido y realizar actividades repetitivas. Además, en relación con la parte de sintaxis, fue de los peores recuerdos que tengo, ya que no fue hasta 1º de Bachillerato cuando comencé a comprender mejor cómo analizar oraciones. Aunque con este bloque y con las dinámicas realizadas en clase, me he dado cuenta, de que no lo comprendí significativamente.
En mi periodo de prácticas puede ver algo muy parecido. El maestro se limitaba a pedir que leyeran lo que venía en el libro de texto y mandar las actividades que venían en él, corrigiéndolas en voz alta al día siguiente y pasando a un nuevo contenido sin pararse a preguntar si lo comprendían bien.
Por propuesta de la tutora del otro grupo, realizaron una actividad más dinámica cuando llegaron a la clasificación de los adjetivos. Se les entregaba por grupos una imagen, y debían realizar una descripción detallada para que el compañero de en frente la intentara dibujar. Luego comentaron en grupo, los diferentes tipos de adjetivos que habían usado.

La actividad propuesta para este bloque estaba relacionada con la interiorización metalingüística. Se nos pidió que buscásemos diez enlaces de actividades lúdico-didácticas con las que los alumnos de Primaria pudieran practicar y reforzar los contenidos morfológicos y sintácticos, que deben abordar en cada curso. Teniendo en cuenta, además, que fueran llamativas y motivadoras para los alumnos.

Esta actividad ha sido muy útil de cara a un futuro, pues nos ha servido para ver la cantidad de recursos que podemos encontrar en internet. Debido a la cantidad de recursos que hay, debemos saber filtrarlos y comprobar cuáles son útiles y cuáles no, teniendo siempre en cuenta el objetivo y la motivación de la actividad. No todo vale por ser llamativo. Buscamos actividades funcionales, que nos ahorren tiempo, no que compliquen este proceso.
Además, nos ha proporcionado una batería de actividades a las que recurrir en un futuro. No debemos olvidarnos de que es importante trabajar las actividades según el modelo presentado en el bloque 4.

De cara a un futuro, lo tengo claro, no quiero convertir estos contenidos en algo complicado. No es la parte más divertida de la asignatura, esto lo sabemos todos, pero es algo que tenemos que aprender. En nuestra mano está hacer más llevadero este aprendizaje y sobre todo hacerlo más significativo. Es imprescindible que nuestros alumnos salgan de esta etapa sabiendo expresarse correctamente y teniendo herramientas suficientes en todos los ámbitos de la expresión y comprensión.

Puede que este sea uno de los bloques más importantes, y del que todos dependen pues, gracias los conocimientos que tenemos de morfosintaxis, somos capaces de expresarnos correctamente y con sentido. Por ello, es imprescindible que se trabaje correctamente en el aula, como hemos aprendido durante este bloque. Atender a todos las direcciones, tanto oral como escrita, dándoles la misma importancia. Y sobre todo, hacer actividades que tengan un objetivo claro, no sean repetitivas y motiven a los alumnos a superarse. Como en cada bloque, nos damos cuenta de la importancia que tiene realizar una buena evaluación para los alumnos, lo contrario, puede significar una desmotivación para ellos. Este es uno de los principales problemas en las aulas desde mi punto de vista. No aprenden nada porque las metodologías no son significativos, y su vez, se les evalúa haciéndoles culpables de sus errores. Así es como surge el poco gusto, la desmotivación y el miedo por la asignatura. 



Vistos todos los bloques de manera global es mucho más sencillo comprender la relación que existe entre todos ellos.
A través de la  semántica adquirimos vocabulario, con el que a través de la morfosintaxis conoceremos cómo se clasifica y las funciones que realiza. Además, de aprender a expresarnos con él de manera coherente. Gracias a estos elementos somos capaces de comunicarnos, oralmente y por escrito, y comprender lo que otros nos dicen, ya sea de forma oral o escrita. Esto nos permite relacionarnos con nuestro entorno y avanzar en la sociedad en la que vivimos.


Estas habilidades hay que entrenarlas desde que somos pequeños para que vayan mejorando y perfeccionándose, aprendiendo así a enfrentarnos a diferentes situaciones del día a día: escribir un texto sin ortografías, realizar un diálogo, superar una entrevista de trabajo, leer un discurso, … Momentos que dicen mucho de nosotros según cómo las afrontamos. Por ello, los maestros tienen un papel muy importante a la hora de potenciar estas habilidades adecuadamente, dándonos las herramientas suficientes para el futuro.


CONCLUSCIÓN…. ¿FINAL?

Creíamos saber, pero no supimos tanto. Y es que con esta asignatura ha sido así. ¡Qué nos iba a contar nuevo Irune, si llevábamos toda nuestra vida dando Lengua Castellana!
Puede que ya nos esperásemos que iba a romper nuestros esquemas, porque ya habíamos descubierto su secreto con la asignatura pasada, pero nos volvió a sorprender.

Esta ha sido para mí la entrada más complicada a realizar pues, he aprendido tanto que no sabía cómo sintetizar todo. Comprendí que lo más importante iba a ser mi experiencia en relación a los bloques y lo que me llevo de cara a un futuro, por lo que decidí no preocuparme tanto de sintetizar ya que, ya me había ocupado de eso a lo largo del cuatrimestre. No hay nada que haya plasmado en el artículo, que supiera de antes, y eso es lo importante para mí.

Sin duda alguna, este blog será un recurso al que recurra en mi futuro más de una vez. Me he esforzado durante todo el año para que esto pudiera suceder, intentado que cada entrada recogiera lo más importante y significativo de cada bloque.
Con esta asignatura ha sido más sencillo trabajar a través de este medio, pues ya le teníamos pillado el truco. Y al igual que con la asignatura de Literatura me ha gustado mucho por su funcionalidad. Como he dicho anteriormente, dos maestros piensan mejor que uno, por lo que dar la posibilidad de poder comentar entre nosotros, ha sido una ventaja pues, no solo hemos podido mejorar nuestras entradas, sino que hemos practicado cómo realizar buenos comentarios de diferentes actividades. Algo que nos será muy útil en un futuro.

Hemos recibido un doble aprendizaje. Por un lado, las entradas que hemos realizado con cada bloque, han sido un aprendizaje significativo y muy útil para nosotros pues, hemos interiorizado toda la “teoría” de una manera práctica y semejante a la realidad. No nos ha hecho falta aprendérnoslo de memoria, para comprenderlo y adquirlo. Por otro lado, nos hemos puesto en la piel del maestro al tener que diseñar actividades para realizar en un aula. Pensado en los objetivos, motivaciones, formas de evaluar, útiles,.. hemos conseguido crear una batería de actividades, que el día de mañana nos serán de mucha ayuda.

En cada bloque he dejado plasmado, de una manera muy personal, qué iba aprendido con cada uno de ellos. No solo he aprendido a crear actividades, a evaluar correctamente, a cómo trabajar cada tipo de lectura, cómo analizar oraciones, … sino que hemos abierto los ojos ante la realidad educativa en la que nos encontramos y nos han dado herramientas suficientes para comenzar a cambiarla.

Y por último, a ti Irune. Creo que hasta este día nadie me había hecho replantearme mi futuro como maestra, y no para dejarlo, ni mucho menos, sino para especializarme esta materia. No sé a lo que terminaré dedicándome, solo sé que esté donde esté y, de una manera u otra, seguiré tus pasos, porque has despertado en mí una vocación que jamás pensé que tendría. No te voy a repetir todas esas cosas que ya habrás leído mil veces sobre cómo nos cambias la visión de la educación, lo útiles y realistas que son tus clases y una larga lista de etcéteras. Sabes todo esto, porque lo haces con vocación y no hay nada mejor que transmitir vocación.
Como casi ex alumna tuya te pido que, a pesar de lo quejicas y pesados que somos, lo mucho que hablamos y lo poco que participamos a veces, no te aburras de nosotros y sigue dejando que volvamos a disfrutar de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura como hace quince años que no lo hacíamos. 

BIBLIOGRAFÍA/ WEBGRAFÍA

Labajo, I. (2018). Didáctica de la Lengua española. Madrid. CSEU La Salle.



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